domingo, 25 de marzo de 2012

Pongamos que hablo de Madrid (III)

CHAGALL EN EL THYSSEN


Marc Chagall: (Vitebsk, 1887 - Saint-Paul-de-Vence, 1985) Pintor francés de origen ruso. Nacido en una pequeña aldea rusa, sus inquietudes artísticas le llevaron a París en 1910, donde alcanzó su madurez artística. Volvió a Rusia en 1914 y participó activamente en la renovación cultural de su país, pero sus disputas con Malevich y las exigencias revolucionarias de vincular compromiso político y obra artística le llevarían a marchar a Alemania en 1924. Su condición de judío le obligaría después a un peregrinaje por Francia y Estados Unidos, que le devolvería definitivamente a Francia al concluir la Segunda Guerra Mundial. 
Su asimilación de las dos vanguardias señeras, fauvismo y cubismo, es patente en los cuadros que realizó en sus primeros años parisienses. Desde el primer momento, sin embargo, estas influencias formales se funden con el sustrato más profundo de sus propias vivencias personales, profundamente arraigadas en su Vitebsk natal y en el hecho de pertenecer a la comunidad judía. Chagall construye un mundo de asociaciones a través del cual quiere poner de manifiesto el mensaje secreto de las cosas, pero su mirada está más cerca de la ingenuidad infantil, que prescinde de la funcionalidad inmediata de los objetos y de la coherencia lógica, que de la búsqueda de revelaciones concretas. De ahí que rehúse adherirse al movimiento surrealista a pesar de la insistencia y los elogios de Breton. La existencia de imágenes que coexisten fuera de la lógica racional es para él un hecho real y lo acepta como algo consustancial a la vida misma, no como producto de un refinado juego intelectual o un viaje a las profundidades del inconsciente.



Durante mi visita a la capital también aproveché para visitar la exposición dedicada a Chagall en el Museo Thyssen-Bornemisza.

Conocer a este pintor fue todo un descubrimiento pues, aunque había estudiado su nombre en Historia del Arte, no había profundizado nunca en el estudio de su obra. Y me encantó, me sorprendió muy gratamente. Chagall sintetiza el expresionismo y el fauvismo, de los cuales soy profunda admiradora, con un ardiente cromatismo que lo diferencia de sus contemporáneos.

La exhibiciónse divide en las salas que muestran las diferentes etapas de su vida y cómo estas influyeron en su pintura. De este modo, comienza con muestras de sus primeros años, en las que se pone mayor énfasis en el aprendizaje técnico que en la profundidad del tema, aparecen escenas cotidianas que ya dejan entrever el gusto de Chagall por el fauvismo y el cubismo.

Las tres y media
A Rusia, a los asnos y a los demás
Los colores, el contraste entre luces y sombras, el estilo intermedio entre lo figurativo y lo abstracto... se mezclan con contenidos oníricos y recuerdos de su Rusia natal. Destaca por la pérdida de importancia del dibujo, que recuerda al estilo de Picasso.

Especialmente destacan dos fechas: 1911 y 1927.
Las pinturas de 1911están llenas de colorido y tienen un tono amable y poético. Utiliza, sobre todo, lienzos de gran formato que contrastan con los posteriores, de tamaño más reducido.

Y quizás fue éste, "Dedicado a mi prometida", el cuadro que más llamó mi atención. Quizás por su volumen, por los degradados o por la composición.

Dedicado a mi prometida
No obstante, su regreso a Rusia a causa del estallido de la Primera Guerra Mundial torna su pintura en un modo de expresión más intimista y triste; los colores pierden su brillantez y los tonos grises y tierras lo invaden todo. Chagall hace un retrato de la situación social de su país: Rusia entre los últimos años del zarismo y el comienzo de la revolución bolchevique.

El vendedor de periódicos
Pero poco a poco sus lienzos vuelven a llenarse de color retratando objetos cotidianos escogidos de manera selecta que dejan traslucir un transfondo crudo e intenso.

El buen desollado








Bella con un clavel
El retrato de su esposa y musa, Bella, destaca por un modo mucho más realista de trabajar, con una escasez cromática que contrasta con las primeras obras de aprendizaje. Sin embargo, esto hace resaltar la flor que la mujer lleva en la mano; trabajada con apenas unos trazos sobre una reserva que el pintor deja en el lienzo.

Progresivamente se observa un abandono del óleo en pro de el gouche o la acuarela. Destaca así la serie "Fábulas", dibujada en tinta negra con tan sólo unos toques de colores primarios que consiguen una composición simple que funciona perfectamente. Algunos de estos dibujos serán utilizados como ilustraciones en libros y revistas tal y como se exhibían en el museo; además, Chagall utilizará otros para pasarlos a pintura sobre lienzo.





1927 destaca en su carrera artística por la pérdida de los bordes de las figuras, el uso de lienzos de pequeño formato y, especialmente, por el comienzo de su interés por temas bíblicos a raíz de su visita a Jerusalén. Este interés religioso llena su pintura con un misticismo en los temas y que influye en sus pinceladas y paleta cromática. Comienza a habituarse al uso de empastes y sus obras dejan ver una clara influencia de Matisse.

El gallo


Tanto el gallo como la vaca son recursos que aparecen a lo largo de toda su obra, bien sea como recuerdo de su infancia en Rusia o bien como símbolos poéticos.

La muerte de Bella, cuando el artista tenía 57 años, marcó profundamente su pintura, llenándola de un tono dramático; que pasaría paulatinamente gracias a su relación con la que se convertiría en su segunda mujer.

La composición "El guante negro" muestra un reloj pintado, cuyas manecillas no pueden moverse, como símbolo del deseo del autor de parar el tiempo y evitar la pérdida de su amor.

El guante negro

Las dos últimas obras de la exposición son "La caída del ángel" y "La aparición de la familia del artista" que dejan ver una recuperación del color vivo pero con temas mucho más profundos y sentimentales que recogen perfectamente su madurez y las vivencias de una vida atormentada por el paso de dos guerras mundiales y un siglo lleno de cambios tanto el el ámbito artístico como en el político y social.

Podían observarse también multitud bocetos prepartorios de "La caída del ángel" que recordaban a los de "El Guernica" en el Museo Reina Sofía. Estos estudios previos me causaron gran impresión porque pude comprobar cómo trabajan los grandes artistas, siguiendo un proceso muy parecido al propuesto para el primer trabajo que tenemos que realizar en Pintura III.


La caída del ángel

La aparición de la familia del artista

Puedo afirmar, sin ninguna duda, que realmente me gustó la exposición y conocer a otro de los grandes maestros del arte de vanguardia. Chagall mezcla mi pasión por el color y los trazos expresivos que tanta fuerza transmiten a sus pinturas. Una magnífica muestra de arte.

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